lunes, 30 de agosto de 2010

Mírame, soy feliz.
Mírame, tu juego me ha dejado así.



Me gustaría tener la seguridad de que en un futuro seguirás a mi lado pero nada esta escrito y lo que ahora mismo puedo asegurar es que quiero pasar el resto de mi vida contigo compartiendo cada momento.

Eres esa persona que me saca una sonrisa hasta en los peores momentos, esa persona con la que jamás he conseguido enfadarme, esa persona que se divierte haciéndome rabiar, esa persona que necesito a mi lado cada día, esa persona que me entiende (y eso que a mi es difícil entenderme), esa persona que a mis ojos es perfecta, esa persona que ahora es mi razón de vivir, esa persona que domina mis pensamientos, esa persona que jamás podré olvidar porque ha marcado un antes y un después.

Ahora no puedo evitar derramar algunas lagrimas al pensar que no te veré en quince días, y no puedo evitar tener miedo al pensar que en este tiempo te olvides de mi, tener miedo al pensar (más bien saber) que no vamos a estar juntos en clase (y que no podrás escribir en castellano antiguo en mi calculadora casio), y tengo miedo al pensar que pasaré menos tiempo contigo y que no querrás que nos veamos por las tardes como esos últimos meses contando desde abril y que tarde o temprano te olvidaras de mí o te cansarás y me pongo a llorar porque en el fondo las inseguridades me pueden.

Y que pasará si te vas, ahora que te has convertido en mi mitad sé que si desapareces me quedaré con este vacío.


, mi todo.



Porque si me quedas me queda la vida.

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